Pablo es un artista que a simple vista no deja entre ver el bagaje cultural que pesa en su currículo de largos años viajando por el mundo, conociendo diferentes culturas y disciplinas artísticas. De su vida, su arte y sus sueños conversamos con Donoso sobre un escaño de Plaza Los Héroes.
¿Cómo te iniciaste en el mundo del Arte?
Empecé en el tema de la plástica desde chico porque en la casa, mi mamá que es pintora y profesora de Artes Plásticas, nos inculcaba el trabajo con pintura, además que había una inclinación por el tema porque o sino no habría continuado. Después en mi época escolar me metí en talleres de pintura, pero curiosamente yo no lo concebía como una actividad profesional, probablemente por un tema del ambiente ya que mi papá opinaba que era una verdadera pérdida de tiempo, aunque a él le interesa mucho el tema de la música, como oyente sabe harto, pero decía que mi mamá desperdiciaba su tiempo con eso. Entonces yo salí del colegio con esa idea y no continué. Salí de la escuela y pasé diez años con muy poca actividad artística, dedicado solamente a trabajar y andar más bien detrás de la plata, hasta que me pegué un guatazo, la cuestión ya no daba para más así es que me deshice de mis actividades ayudado por una amiga que en el ochenta y ocho venía llegando del extranjero, se habían abierto las puertas de este país a los exiliados, ahí conversando nos apoyamos mutuamente. Ella me dijo mira en tal lugar hay un Instituto donde están dando clases de pintura, partí para allá y retomé esta cuestión que fue instantáneamente como un alivio medicinal, me relajé y me reencontré con el artista e hice una especie de promesa de no abandonar nunca más el cuento porque lo había dejado casi inconcientemente; así es que seguí pintando metido en mi quehacer artístico, mantenía algunos trabajos que tenía a medio tiempo y me daban para vivir. En el noventa y uno me fui a España, se dio la oportunidad de tomar un taller de gráfica organizado por la Fundación Salvador Allende en España en una localidad llamada Pastrana que es un pueblito medieval muy bonito cercano a Madrid, en donde conocí a Enrique Zañartu y artistas de muchos otros países Italia, Cuba, Polonia, Uruguay etc. Estuvimos alrededor de treinta días allá. Terminé el taller, me deshice de todas mis pegas y me dediqué a recorrer Europa, Israel, Egipto; viajando, pintando obviamente. Cuando venía de vuelta a Chile paré en Colombia, tenía mi pasaje Bogotá-Santiago pero no quise volver, me dio lata y me quedé en E.E.U.U. otros siete u ocho años más, seguía pintando, tomando clases, exponiendo, trabajando en diferentes cosas.
¿Cuál era tu objetivo de vida en esos momentos?
Era dedicarme al arte, vivir de aquello. A esas alturas hacía algunos trabajos, ponte tú cuando llegué a Estados Unidos trabajé en restaurantes, construcción, ventas de publicidad, lo que fuera. Los últimos años que estuve allá me dediqué a producir pinturas, venderlas, algo de diseño también pero abandoné todo eso accesorio y empecé a vivir del arte
O sea que tu producción está dispersa en todas las direcciones
Mi producción está un poquito repartida
Cuando regresaste a Chile ¿trajiste algo de lo que habías hecho?
Me vine a vivir el año dos mil para acá y me traje cerca de treinta rollos de pintura que las expuse en la Estación Mapocho. A mi llegada contacté unas chicas que eran como gestoras y ellas produjeron una muestra bien bonita que se llamaba “Totem para Tiempos de Guerra” que trata un poco de los conflictos bélicos que me tocó vivir relativamente cerca en mi estadía fuera del país. Por ejemplo de paso por Europa me tocó la Guerra del Báltico con los servios, ahí se produce una cuestión bastante increíble porque se replica en Servia la estupidez que hicieron los nazis en Alemania con matanzas masivas, a vista y paciencia del mundo y nadie decía nada. Esa muestra estaba inspirada en eso y otras vivencias propias en Estados Unidos. Fue una cosa bien bonita, entretenida, me gustó y fue mi llegada a Chile así es que los recuerdo como días bien alegres, felices.
De ahí me metí a la Universidad de Chile, saqué una licenciatura como para regularizar el tema de ser artista, fue interesante sin duda, me gusta la mirada que tiene la Chile, la inclinación a lo más social, pero eso no quitó que haya tenido roces con varios profesores por diferencias de opiniones, yo era más veterano no tan moldeable como mis compañeros de carrera. Incursioné en otras áreas: las instalaciones, performances y otros temas como el cine, ahí trabajé en guiones, vimos hartas películas, exploré la parte teórica; resultó muy entretenido eso es algo que me gustaría desarrollar a futuro
Tú realizaste una performance en el MAC (Museo de Arte Contemporáneo en Santiago) Cuéntanos ¿cómo fue esa experiencia?
Eso fue un experimento que tuvo que ver un poco con poner en espacios de arte elementos que son de la vida cotidiana y no sólo ponerlos como una pieza de exposición sino que como un elemento funcional que siga operando tal y como lo estaba haciendo en mi casa con algunos alimentos o cosas que estaba usando, que van un poco en el tema de al Arte-Vida. Pretendía minimizar un poco la brecha que existe entre el arte y la vida por ejemplo ¿por qué el poeta puede escribir un texto que sea maravilloso pero su vida quizás no es tan perfecta como lo que él escribió? O sea que la vida en el fondo se acerque a una forma más perfecta de funcionamiento o el arte se rebaje a una forma más cotidiana o al menos hablar del tema
¿En qué está Epa Donoso ahora? Así firmas tus obras ¿cierto?
Sí, ahora he mandado unos proyectos a FONDART para instalar murales en espacios públicos, dejarlos ahí en forma permanente, existe un enorme desafío para echar a andar eso. El tema este de participar en proyectos, de unirse, de generar discusión, diálogos, debates, entorno al tema del arte es interesante, generar obras también es una cosa que hace bien. Como creadores, como artistas es importante que se lleven a cabo obras que queden para la comunidad porque es indispensable.
¿Estás dando clases como hace algún tiempo atrás?
No estoy dando clases, me gustaría darlas pero hay que revisar ese cuento
Con todo lo que viajaste por países que han logrado un mayor desarrollo cultural que nuestro Chile ¿Qué crees tú hace falta acá para ver más interés por las expresiones de cultura, específicamente acá en Rancagua?
El arte tiene una cualidad propia, que el ser humano la aprecie. Yo no podría decir que hay un problema en la gente, hay que producir simplemente, generar, instalar, acercar el arte a la gente yo creo que ahí está todo. Por otro lado, quizás los potenciales artistas que históricamente han nacido y crecido en esta zona han emigrado a otros lugares. Ahora yo vengo de otras ciudades buscando una calidad de vida mejor que existe en esta región que no es tan grande. Ojala que se produzca un proceso involutivo porque la calidad de vida está aquí más que en otros lados//.